sábado, 2 de enero de 2010

UN HOMBRE ENTRE LAS SOMBRAS

Cabizbajo penetra en la sombra de su cueva,y entre los velos que ocultan su mirada desierta se duerme el ermitaño sobre sus ropas viejas.Se ha quedado añorando las estrellas,rumiando el pensamiento de la vida indefensa que sus manos atrapan con su fuerza pequeña.Fuerza de roble  gastado y retraído,fuerza de golpes gastados con la espera,fuerza de recipientes contenidos y absueltos.
Ante la hoguera  calienta la palma de sus manos,entonces  una fuerza de fiera le penetra para abrir el camino de su propia pereza.Se detiene,se agazapa y se oculta,se cubre de la noche entre sus velos y vuelve a contener su desenfreno.Entonces todo fluye verdadero,disgregado de todo pensamiento su mañana lo irrumpe y lo desvela.Ha guardado el recuerdo de años indefensos,trozos de periódicos viejos que aún conserva y un libro de pesares que aún le aterran.Interrupciones de una vida enclavada en medio de la hoguera,dolores de un alma que abandonó la espera y cautivó el sosiego de las noches,sumo de jugos amargos que quemaron entrañas y zozobras ajenas que le marcaron huellas.Ahora ya no hay tiempo entre sus venas ni sudores envueltos en su pena,...ahora gira en torno a la tierra que lo lleva vacilante y arrastra las cadenas de su propia condena.

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