viernes, 27 de marzo de 2009

CANTO A LA AUSENCIA


De ausencias he forjado

mi vida desde niña,

de ausencias que dejaron

sus huellas al pasar,

más, fue en este camino

ardiente y pedregoso,

donde encontré el refugio

para mi soledad.

Primero fue mi perro.

sincero y cariñoso.

el que encontró la muerte

injusta y con crueldad,

y luego fue mi vida

que se privó de todo

cuando otros dispusieron

cambiarnos de ciudad.

Allí quedaron todos

mis sueños infantiles.

la escuela con sus cantos,

sin fin de cosas más,

pero entre los recuerdos

de aquellos abandonos,

la ausencia de mi madre

rompió mi identidad.

Su ausencia no fue ausencia

como una despedida,

como una madre muerta

que deja todo atrás,

su ausencia fue abandono,

su ausencia fue partida,

su ausencia dejó heridas

que no pude cerrar.

y así ,...se marchó lejos,

liberó sus sosiegos,

y ante el mundo su mundo

se volvió a dibujar,y así lo dejó todo

como se aleja el viento

y los cantos de ausencia

se hicieron escuchar.



AL PASAR EL TIEMPO


Con el pasar del tiempo

las personas cambian

y las desconocemos,

con el pasar del tiempo

evoluciona todo

sin cezar,

y aquellos sentimientos

que ayer consideramos

imperdibles,

con el pasar del tiempo

se van desvaneciendo

sin piedad.

Con el pasar del tiempo

hasta los cuerpos mismos

van cambiando,

y luego, al encontrarnos,

con el pasar del tiempo,

en un lugar,

nos miramos distantes,

nos sentimos ausentes

y lejanos,

y es el pasar del tiempo

el que cierra la puerta

a la amistad.

PARA QUERERTE

Para poder quererte

debo amarme,

para darte la vida,

ser leal.

para brindarte apoyo,

sopórtarme,

y para ser tu amiga

estar en paz.



Para ser confidente,

ser prudente,

para ser yo tu apoyo,

pedestal,

y para rescatarte

ser arroyo

donde mi alma se junte

con el mar.

QUIZÁ ALGÚN DÍA DIGA


Quizá algún día diga

que dejé de quererte,

aunque siga queriéndote

más allá de la muerte,

y acaso no comprendas

en esa despedida,

que aunque el amor nos une

nos separa la vida.


Quizá te diga un día

que se me fue el amor

y cerraré los ojos

para amarte mejor,

porque el amor nos ciega

pero vivos o muertos,

nuestros ojos cerrados

ven más que estando abiertos.


Quizá te diga un día

que dejé de quererte,

aunque siga queriéndote

más allá de la muerte,

y acaso no comprendas

en esa despedida,

que nos quedamos juntos

para toda la vida.


Raysa