Estoy respirando el silencio premeditadamente,
alargando los brazos al vacío y arañando la tierra,
buscando con mi boca la sangre que sale de mis venas
y oliendo los naufragios de larga tristeza.
Se me ha quedado errante la mirada
y el minúsculo encuentro que escondía
ha sido desbordado con el estruendo inerte
de la palabra escrita y no aprendida.
Pero estoy caminando en medio de las aguas
que han consumido todo,
tropezando en las piedras que me atrapan
entre el suelo cubierto de hojas muertas,
Y aún existo,
aún con estupor me compadezco
de los que sin conciencia se han quedado,
de aquellos que han perdido sus moradas,
de aquellos que en su voz no llevan nada.
Estoy respirando el silencio de los que se han marchado,
y aún no siendo mío ese silencio,estoy llegando,
estoy comprometiendo lo que queda de mi vida pasada,
y abrazando la tierra,que no siendo de nadie nos atrapa.
Estoy viendo flamear a mi bandera herida a media asta,
sintiendo crepitar los eslabones
de los navíos que han quedado anclados sin destino,
oliendo las angustias de mi pueblo amado
y abrazando el dolor del que se ha ido.
Estoy comprometiendo mi tristeza con el llanto del pueblo,
amasando la escarcha disecada para hacer agua nueva
y surtiendo de néctar las semillas
para hacer fruta fresca.
Estoy ante mi patria sorprendida,
comprometiendo el átomo del miedo,
atesorando todo lo perdido
y evitando morir en otro suelo.
.
