lunes, 5 de julio de 2010

CAMINOS

Con la esperanza de encontrar el tiempo que se ha ido
 he subido a los cielos y allì me he cobijado,
pensativa,confusa,reprimida,
temerosa del verso que me estrella
y un poco despojada de mis cargos.
Torpemente he querido huir de mis quimeras,
torpemente tambièn  he regresado
y otra vez enfrentada con la vida,
continùo buscando.
Busco el camino que ha de abrir mi puerta,
la senda que me abrigue con su manto
 y,mientras duerme  mi melancolìa,...
sigo buscando.
Miro mi cuerpo,despojado de culpas,de cadalzos,
miro el silencio de mis pies cansados,
descalza en la quietud de los albores,...
sigo esperando.
Espero la llegada de la noche,
del silencio que aturde cuanto hablo
y aunque la vida rìe yo en mi canto,...
sigo llorando.
Lloro por dentro aunque por fuera rìo,
lloro la ausencia de mis ausentes  pasos,
y mientras lloro el tiempo que se ha ido,
voy caminando.
Caminando en silencio voy pensando,
caminando en penumbras voy amando,
caminando en las sombras voy temblando
con el ruido infernal de los espantos.
Caminos hay,...caminos olvidados,
recodos que se pierden en los campos,
caminos de agonìas,de quebrantos,
caminos de esperanzas y de hallazgos.

PERPETÙANDOTE

Estoy perpetuando en el silencio de mi noche
 la voz que me dejaste entre la almohada,
la reverencia de todos los placeres
que adquirieron ribetes de cordura
y el  infinito goce de tu cuerpo.
Estoy arrebatàndole al vacìo
 aquèl hùmedo roce de tus labios,
el brillo de tus ojos en los mìos,
la sonrrisa profunda que me abraza
y el ligero candor de tus mejillas.
Estoy amanciendo entre tus brazos,
como amanece el dìa iluminado,
como una flor cubierta de rocìo,
como un suspiro aveces olvidado.
Y me voy sosteniendo,...y me voy   cobijando,...
aletargada aùn por los hechizos
de esa magia que traes a mi lado
y me voy disipando
 con las horas que pasan en mi cuarto.
Estàs en mi presente y estàs en mi mañana,
estàs en el profundo transitar de los tiempos
 que tal vez me esperaban,
estàs en la quietud de lo màs conocido
y en la inquietud de la desesperanza.
Estàs en la infinita soledad de los mares,
en el sol que traspasa la vida en cada tarde
y en todos los pequeños detalles escondidos
que voy redescubriendo conforme el tiempo pasa.
Estàs en el tallado de un trozo de madera,
en medio de la arcilla que labro con mis manos,
en esos trazos tìmidos de mi dedo en el lienzo
 y en los finos ribetes de un metal repujado.