Abro la puerta en medio de tu silencio,
ante las grietas quebradizas de este ocaso inquietante
que me aparta del aire,que te absorve
y se nutre del dolor de tu ausencia.
Abro y te encuentro, desvelada en mi noche,
silenciosa en mi ausencia, pensativa en las sombras
y te atrapo con voces que rescato de lejos
y te acerco a la vida de tesoros perfectos y
Aunque el tiempo implacable se dibuja sin miedo
en los ecos del fuego,
tu presencia se asoma frente a él resistiendo
y te abraza la calma del silencio indefenso.
Presurosa esperanza, forma nueva sin dueño,
resplandor de sociego entre tanto cemento,
voy abriendo las alas lentamente y con miedo
para alzar ese vuelo por las cumbres del cielo.
He traído el frescor de las aguas más dulces
y el verdor de los tallos de unas flores serenas,
un murmullo de aromos, unos granos de arena
y una clara resina de esa extensa pradera
Y allí estás y te asomas dibujando en la nada
lo que siente tu alma cuando besa la tierra,
una nada que es todo, una nada que sueña,
una nada que abraza la quietud de esta espera.