lunes, 3 de agosto de 2009

EL ESPANTAPÀJAROS


Pareces peregrino sediento e incansable,
despierto desde el alba y abrazado en el fuego,
infatigable mueca de tu propio silencio
que encarcela tu cuerpo y te roba el aliento.
Hoy no tendràs visitas, hoy sentiràs la muerte
cuando llegue la tarde y te abracen los leños,
y en tus viejos harapos brillaràn los destellos
acostumbrados siempre a reflejar tu muerte.
Pasaràn ya las horas, moriràn tus minutos,
regresaràn las aves alegres que te temen
y ese sol que se enciende tan màgico y furioso
ocultarà el recuerdo de los campos màs verdes.
Nadie recordarà que estuviste presente,
que fatigado y triste diste vida a ese huerto,
que sediento en las tardes y con hambre en las noches
custodiaste los campos con sudor en tu frente.