domingo, 27 de mayo de 2012

LA CAÍDA DEL SILENCIO





Cae sobre  la   noche el  silencio inagotable
 de  las  últimas  voces  perdidas…
están  allí  sus sables
  reprimiendo  el  caminar  de tu  hermosa  libertad…
las  manos permanecen  encogidas  y  atadas …
se  enfrían ,  se enmudecen tus  labios  y  en tu boca 
 se  ahogan nuevamente los silencios 
de  esa tormenta que los vio despertar.

Ata  las  cintas  y  anuda  las  estacas  de    tu  huerto,
 vacía  sobre   el   campo  las  mazorcas 
 que  aún  no  han   madurado 
 y  deslúmbrate  ya  con  los  rosales
  aún  no  deshojados,
 intérnate  en  los  bosques  apartados 
  y  escribe  en  cada  árbol  esa  amarga  desdicha 
 que  en  tu  pecho  quema  y  te  sofoca.

Llegará  la  mañana  
cuando  puedas elevar  la  mirada  hacia  los  cielos,
 cuando  extendida  el  alma  sobre  cada  palabra 
 rebane  los  hilados  que  retienen  el vuelo  inevitable,…
llegará  el  esplendor  recién  nacido 
 y  la  brisa  que    pueda  refrescarte 
 y  te  hallarás de  nuevo  pensativa  y  absorta 
 en  aquella  quietud  invulnerable.

Para  entonces…
ya  la  tierra  mostrará  sus  brotes  
y  en la  razón  conciente  de  otra tarde,
caminarás  erguida  y  deslumbrante,
 disipando  la  niebla  indescifrable…
a esa  hora  habrás  nacido
  en  la  cobija  de  un  sol  ardiente  y  nuevo,
entre el  sol   que  se pierde y  que se abre…
en  la  calma  ancestral  y  en  lo  mutante.

LOS SILENCIOS



Los silencios son como los amaneceres...como esas  innumerables   filas   de recuerdos  que en medio  del  tiempo van perdiendo  su  forma  hasta hacerse  invisibles  y desaparecer.Los silencios  son como las mareas, lentos,severamente absurdos e implacables,dolorosamente estrictos y definitivamente estériles.Los silencios son como  la  fuerza    aniquilada de  un alma que ha  dejado   de soñar y  que  en medio   de  la huracanada   tormenta,  busca  su  refugio en   un delirio sin voz.
En la puerta que antecede  a aquél silencio definitivo y  eterno, sólo una voz permanece latente y  un  pensamiento incoherente y   confuso se   nos hace  presente y   nos  persigue,asido  a nuestra  piel como una sombra que  se   niega  a abandonarnos... es  la  voz de la  mente, de  lo posiblemente  real y  lo   soñado, de  lo que  pudo  ser  y se quedó encallado, de lo que atesoramos  como  cierto y  de tantos  recuerdos  olvidados.
Los silencios  son  como la escarcha, endurecen  la  piel   como la  tierra firme y  aprisionan  la   vida  que  soñamos más, son  también , aveces,  los silencios, el mensaje más cruel  de una  partida, el abrupto aceptar que en  el recuerdo se   nos  quedó  dormida  una esperanza.