viernes, 10 de julio de 2009

REVERENCIA EN MEDIO DEL MAR


Hoy,como una música de mágicos acordes,acercaste tu mano a la mía y la envolviste en la estancia de los sueños. Hubiera sido interminable el tiempo si al mirarme con esos ojos verdes que me recuerdan a esmeraldas y turquezas,te hubieras detenido más tiempo en mi mirada. Te habría pensado interminablemente, largamente, entre la incertidumbre de tu ausencia y habría aprendido a extrañarte como se extraña todo lo perdido. Habría aprendido a soportar mi soledad y, ajena en tu recuerdo, me habría refugiado pensativa.Habría asimilado tu partida y mi olvido,...habría aceptado convencerme de que no regresarías y de que el viejo telón de fondo había caído sobre mi.

Solía recordarte con alegría, como un buen recuerdo de lo que se va y no es fácil de olvidar,aunque últimamente tu imagen se hacía mucho más recurrente.

Bastó una mirada de complicidad para sorprenderme de nuevo ante tu presencia, bastó tu figura delicada e imponente para dejarme prendada al fulgor de tus ojos,bastó una palabra expresada por tus labios para hacerme estremecer.

En medio del mar estaban mis sueños, bañados de ilusión, en ese mar que era tuyo y que ahora me ofrecías como una interminable reverencia de amor.

Te vi sostener la mirada y posar tus pupilas en las mías, te vi sorprenderte con mi confusión y agradarte con mi sorpresa deslumbrada, te vi sonreír y reflejar en tu rostro la alegría de verme y de verte, te vi...te escuché,...te alcancé...