jueves, 19 de marzo de 2009

POR CUANTO ME DAS

Por cuanto te he querido
y me haz querido,
por cuanto te he esperado
y regresé,
te miro desde lejos
y te atrapo,
te amo en la distancia
más que ayer.
Por más que te distancies
yo me acerco,
y así por cuanto digas ,
te diré,
que tú haz venido a mí
llenando espacios,
que aunque te encuentres lejos
te amaré.
Por cuanto tú me escuchas
y te oigo,
por cuanto me conmueves
más que ayer,
por cuanto entre tu risa
yo me pierdo,
por cuanto no sé cuando
te veré.
Por cuanto aquí en mi vida
te haz quedado,
por cuanto nunca más
te olvidaré,
por cuanto ahora teniéndote
presente,
presiento que jamás
te perderé.

REFLEXIONES

Cada nuevo día mi alma despierta con la vivacidad de una flor naciente, aspirando los perfumes que se mecen en el aire, absorviendo las serpenteantes burbujas de las aguas y sonriendo ante los luminosos rayos del sol. Cada fragancia trae a mi alma cantos de esperanza y nostalgias de sueños irrealizables. Mi poesía plasma mis momentos más sublimes, esos momentos que toda alma sensible arrastra consigo por toda la eternidad. Todos tenemos nuestro momento para crear, todos tenemos nuestro momento para crecer, ...todos somos una prolongación del eterno creador...Por ello, cada vez que mi mano coge la pluma, me dejo envolver por la sublime gracia del creador supremo y entrego mi cuerpo, para que sea él quién se manifieste en mi. Me he esforzado por perfeccionar mi alma,...quiero que mi alma sea digna de tan ilustre visita. Todos mis caminos convergen en un mismo sendero,...espero perdurar y que mi alma trascienda entre los amaneceres de una existencia mejor y más sublime. Espero que al despertar una mañana en un lugar lejano, no me quede la tristeza de haber pasado inadvertida por esta oportuna vida y sin haber dejado huella de lo que pude ser o fui. Otros vendrán y otros continuarán mi sueño, pero muchos recordarán que aquí, en un remoto lugar de América, alguna vez estuve presente para entregar amor.

DÉJAME QUE TE AME

Déjame que te ame,
no te ausentes,
déjame hacer en ti
lo que soñé,
déjame refugiarme
en tu presente,
déjame hablar contigo
y renacer.
Déjame por las noches
abrazarte
y en las mañanas verte
amanecer,
déjame ser tu ayer
en tu presente,
y una luz de esperanza
por nacer.
Déjame acompañarte
en tu camino,
déjame regresar
a mi niñez,
déjame ser la aurora
que te habla
y el ocaso
de un nuevo atardecer.

REGALO DE AMOR

Hoy he comenzado a caminar por la vida,teniendo en cuenta que mis pasos deben ser firmes y seguros y que mi cuerpo,para ser soporte de otros tantos,debe poseer la firmeza de una roca.Pero al mirarme en el reflejo de las aguas comprendí que ni en mis sueños podría yo soportar su enorme peso.Miré entonces a mis costados y encontré tantos detalles de armonía que,con sólo detenerme a contemplarlos,elevaron mi espíritu.Pude ver el rocío depositado en los pétalos de las flores,sentir el aroma de la tierra humedecida,escuchar el alborotado gorgeo de tantas aves que iban en vuelo por el cielo,el ladrido de unos perros en la lejanía,la tibieza de un sol radiante sobre mi piel,los mil y un colores de la naturaleza que se ofrecían a mi vista,un manantial de aguas cristalinas ansiosas de alcanzar el océano y muchas sonrisas dormidas en los rostros cansados de la gente común.
Pensé,por un momento,cómo esa luz tan regocijante podía no ser vista por ellas;...¿ Sería acaso que sus ojos no podían verla ?...miraban,claro está,agachaban la mirada y sólo se limitaban a contemplar las aceras grisáceas o los caminos empolvados de sus propias vidas.Sus rostros lo reflejaban. La sombra de cada surco hallado en el camino había dejado en sus rostros huellas imborrables.Luego pensé qué sería lo mejor;cómo podría yo poner una sonrisa en cada rostro.Les hablé,...les grité,...les rogué,...pero fueron muy pocos los que se detuvieron a escuchar,...casi todos tenían prisa;tenían obligaciones que cumplir,...iban y venían por la vida corriendo desenfrenadamente...se habían quedado aprisionados en la penosa existencia de la insatisfacción...Tenían mucho, pero jamás lo consideraron suficiente,...querían más,...necesitaban sentir el poder de lo material,...la plácida sensación de la majestuosidad inventada.
Habían dejado atrás los pequeños detalles de la vida,...ni el sol, ni la lluvia, ni la luz de las estrellas los había hecho despertar. Sólo algunos,...muy pocos por cierto,...pudieron escuchar mi llamado y, menos aún, fueron los que se detuvieron a pensar.
Hubo alguién , en cambio, que aprendió a sonreír y a disfrutar con las cosas simples de la vida, a gozar con las travesuras como si fuese un niño y a dibujar en la arena un corazón. Aprendió también que las aguas lo cubrirían y que lo desvanecerían con la misma prontitud con que había sido creado. Recordó que alguna vez alguién le había susurrado al oído cómo el amor, construído firmemente, soporta mucho más. Fue entonces en busca de muchas piedras, ...las acercó y comenzó a construir con ellas un corazón sobre la arena, como una simbólica forma de expresar su eterno amor.