En el confìn de las profundidades
y en el silencio de las tempestades
estàn los nombres que se confundieron
y los pinceles para retenerlos...
y allì ordenadas en escaparates
estàn las cartas que algùn dìa fueron,
viejos tesoros que no resistieron
y se estraviaron sin volver a verse.
El tiempo pasa y el hechizo queda,
los nombres vuelan màs la ausencia espera
y no hay silencio que se multiplique
ni soledad perversa que al morir no duela.