lunes, 15 de febrero de 2010

PERDIDA EN LA ESPERA


Me detuve por un instante en el borde de ese largo camino y me quedé esperando, esperaba  ver pasar la fuerza que envuelve a las personas que han sido golpeadas por dolores ajenos,esperaba que me acompañara y me hiciera sentir que no desfallecería,esperaba que con su presencia el olor de la sangre se esparciera y que la ropas ajadas se quemaran.Pero no fue más que eso,...una espera que llegó a su fin,un camino que dejó de ser piadoso y se cubrió de lodo,una noche que se fue acercando hasta cubrirlo todo con su manto de oscuridad.Entonces caminé,...caminé despacio y solitariamente,caminé a tientas sobre el asfalto humedecido como queriendo tropezar con las culpas derramadas a lo largo del camino.Vi abrirse la noche a cada paso y  trepar las enredaderas espinosas en medio de los troncos más fuertes.En las frondosas copas de los árboles añosos  un par de ojos guardianes palpitaba, aletargado y encendido, como teniendo por cómplice a la luna.Más allá sólo habitaba el silencio y en mi interior la desesperanza me ahogaba.Me había quedado quieta en medio de la quietud de la vida,me había silenciado en medio de mi propio silencio como para no permitirme sentir,para no permitirme callar ,para no permitirme huir.
Espolvoreé sobre el cemento pensamientos de inquietud que se habían quedado presos dentro de mi,dejé que los aromas de nardo y azucenas se vaciaran de los envases que los tenían cautivos y comenzaran a deslizarse en medio de los parronales que comenzaban a asomarse en medio del camino,dejé que mis pies salpicaran el agua de los charcos que encontraban a su paso y que mis manos se llenaran de barro rojizo.Así fui confundiendo el dolor de mis llagas,así fui penetrando mis carnes con las desgarradoras espinas que se incrustaban conforme pasaban los minutos y las horas. Mis ropas,empapadas en sangre invisible,fueron estilando las sozobras que había dejado el viento al pasar y así,permanecí arrodillada junto al camino,ausente en medio de esa ausencia que se hacía cada vez más profunda y con las grietas del dolor abiertas sobre mi piel.La  lluvia comenzó a  caer sobre mi cuerpo,las llagas comenzaron a abrirse al contacto del agua y en mis oídos  comenzó a resonar el sonido constante que hacía el agua al rebotar contra el cemento.Pronto no quedó nada,sólo bruma.sólo silencio y otra vez ,...la oscuridad.

SI LA TIERRA ME HABLARA


Si la tierra me hablara me diría que he muerto,
que la sed de esperanza se ha secado en mi piel 
y que sólo un vestigio de amargor y silencio
 será lo que me abrace en este amanecer.


Si la tierra me mira,si la tierra me envuelve 
seré como un pequeño crepúsculo de sol,
aplacada en la instancia de la profunda nieve,
sumergida en el lodo de la oculta razón.


Si la tierra aún me escucha le diré que estoy lejos,
que los gajos de asombro se han  colgado de mi,
que un estruendo de golpes ha cerrado mi oído
 y que un viento implacable me ha obligado a morir.


Antes de que amanezca ya me habré despertado,
ansiosa entre las ansias de mi propio existir 
y no habrá más sonido que el susurro del viento
 ni más más fuego que abrace mi penoso existir.



Tenderé con mis manos un puente inadmisible 
entre el monte que cae y el que vuelve a surgir
y no habrá ya una luna que ilumine el camino
que me indique la ruta que me lleve hasta el fin.


Allí estaré esperando que se vaya el invierno,
que una bruma infinita se estacione en abril
y que en mayo las sombras descontrolen  la espera
indefinidamente,para llegar a ti.



.Serán las noches largas,más largas que mis días,
serán esperas lentas que habrán de subsistir,
pero ojalá la tierra no se olvide que existo 
y me cubra con polvo para verme morir.