martes, 4 de mayo de 2010

LA ENTREVISTA

El hombre,refugiado en el silencio de su cobertor, se habìa dormido una vez màs oliendo a alcohol.El color de su piel se hacìa cada vez màs sombrìo,mientras su aspecto denotaba el descuido propio de aquellos que ya no tienen nada por què vivir.En su mente quizàs mantenìa la esperanza de recuperar lo que alguna vez habìa sido suyo,sin poder entender que el tiempo y las circunstancias lo habìan marginado de toda posibilidad.Estaba quieto,inmerso en el silencio de un cuarto nauseabundo que lo acogìa casi piadosamente para protegerlo del frìo de la noche.
Se acercaba el amanecer y la inevitable alarma del despertador hizo que Marta entreabriera sus ojos.Su habitaciòn se ancontraba alejada algunos metros y,por seguridad,mantenìa su puerta cerrada.Era una forma tambièn de colocar lìmites entre su propio mundo y el de su entorno,de ese entorno que cada vez se iba construyendo muy apartado del suyo,separado por un abismo imposible de llenar.Estaba comenzando a vivir como alguna vez lo habìa hecho,...en sus recuerdos estaba la tranquilidad de una vida que habìa dejado escapar para sumirse por años en las oscuras penumbras de una vida de esterilidad interior.
Con  hàbil lucidez se colocò en pie,abriò la puerta que la mantenìa resguardada y se encaminò hacia la cocina.El hedor del alcohol descompuesto parecìa estar incorporado en las paredes,que entreabrìan sus grietas para impregnarse de aquellos vapores malolientes.Cubriò su nariz con una de sus manos y al pasar frente al hombre lo mirò de reojo,con el desprecio acostumbrado y dejò escapar un comentario de disgusto que le permitiò vaciarse un poco de la molestia interior que le provocaba ver esa presencia habitando bajo su mismo techo.El hombre continuò su sueño inmutable mientras ella iba y venìa por la casa organizando algunas cosas domèsticas antes de ir  a su trabajo.
Entre las tantas cosas que la sacaban de si estaba el hecho de saber que mientras ella debìa devorarse el frìo de todas las mañanas y continuar su vida sometida a horarios,ese atisbo de ser humano permaneciera allì bajo su amparo, disfrutando de una vida que,aunque estuviera llena de carencias,le acomodaba y lo llenaba de confort.Desde luego esa vida no era para nada envidiable,,,,pero el sòlo hecho de saberlo abrigado a esas horas de la mañana le sacaba de control.Ella ,en cambio,debìa soportar las inclemencias del tiempo cada dìa,para poder cumplir con el trabajo que se habìa autoimpuesto,pero bien valìa la pena,...si bien no estaba del todo liberada,habìa conseguido al menos tener el poder econòmico y,con ello,el control de muchas situaciones,lo cual la mantenìa a la cabeza de un grupo familiar bastante difuncional.
Cogìò el hervidor de agua y se sirviò una taza de cafè.colocò sus manos en torno a la taza para entibiarlas, mientras permanecìa sentada oliendo la aromàtica bebida.De pronto llegò nuevamente a su nariz el impregnante olor que casi la asfixiaba pero, esta vez, en vez de huìr y exaltarse, su cuerpo permaneciò paraliado y rìgido,mientras su mirada se perdìa en algùn punto indefinido.Fue entonces cuando su mente se llenò de imàgenes evocadoras que,por asociaciòn de olores irrumpieron de golpe.
Eran aproximadamente las nueve de la mañana y llovìa copiosamente.Era el dìa de la entrevista con la psicòloga en el Instituto Mèdico Legal.Por orden judicial debìa someterse a un examen de competencias parentales,cuyo resultado determinarìa si estaba capacitada para hacerse cargo de la crianza y cuidado de sus hijos.Era una situaciòn lìmite que la agobiaba pero ella era una mujer fuerte;muchas veces,a lo largo de su vida,se habìa visto enfrentada a situaciones similares,lo que a la larga era para ella una ventaja.Caminò por Avenida La Paz y llegò a su destino a la hora indicada,traspazò la puerta de entrada y se dirigiò a la oficina que hacìa de antesala donde una mujer de mediana edad que oficiaba de secretaria le solicitò su identidad consultàndole acerca del motivo de su visita.Luego de unos minutos de espera junto a varias personas que reclamaban los cuerpos de sus familiares difuntos,se le autorizò a ingresar,indicàndosele el recorrido que debìa hacer para llegar a la unidad de Psiquiatrìa.A medida que avanzaba por el pasillo exterior comenzò a hacerse màs intenso el nauseabundo olor de los cuerpos en descomposiciòn.Mirò a su alrededor y pudo ver que habìa dos extractores de aire por donde emanaban esos olores.Su estòmago sufriò un vuelco inevitable y no pudo evitar contener la respiraciòn.En grandes letras labradas sobre un muro de entrada se podìa leer... Patologìa. Recordò entonces,nuevamente por asociaciòn de ideas,una sòrdida visita que en sus años de juventud habìa realizado, junto a unas amigas,a la morgue de un hospital.Las imagenes de esos cuerpos pàlidos,rìgidos y rasurados permanecìan aùn imborrables en su mente.Junto a una ventana,por la que penetraba la luz,aùn podìa ver el cuerpo quemado de un niño,las carnes enrrojecidas desprovistas de piel y uno de sus brazos extendidos hacia el cielo como indicando el lugar hacia dònde habìa partido.
Como pudo avanzò algunos metros hasta encontrarse frente a la gran puerta de Psiquiatrìa.El lugar parecìa estar resguardado del exterior con una mampara de vidrio que se mantenìa cerrada.Eso, pensò,mantendrìa el lugar aislado de esas pestilentes emanaciones.Subiò los escalones,traspasò la puerta de vidrio y una vez màs presentò su documentaciòn ante la secretaria que atendìa la ventanilla.Nuevamente debiò esperar para ser llamada y debiò sentarse en la antesala,delante de la puerta de acceso.Era tanta la gente que entraba y salìa constantemente que la puerta en si carecìa de importancia.Cada vez que era abierta,una bocanada de hedor se apoderaba de todo el lugar y,allì,sentada en silencio,permanecìa ella para recibirla de lleno en su nariz.
Esperò alrrededor de media hora.De pronto una mujer que no superaba los treinta años le llamò por su nombre sacàndola de sus pensamientos...
_¡ La señora Marta del Valle !...acompàñeme por favor
Marta ascendiò por la escalera de madera siguiendo a la mujer que la habìa llamado...era la psicòloga  designada para la entrevista.Su aspecto era afable y podrìa decirse que parecìa acogedora pero Marta bien sabìa que no debìa confiarse,pues tras esa imagen estaba la profesional que tratarìa de indagar en su personalidad en busca de cualquier episodio oscuro que pudiera servirle para emitir un informe desfavorable en su contra.Por ello,como  ya estaba habituada a hacerlo,Marta se colocò a resguardo y midiò sus comentarios.Ella estaba conciente de su valor como madre pero tambièn tenìa muy claro que estas entrevistas màs que destacar lo bueno de cada persona ,pretenden encontrar las falencias, a fin de que su informe profesional tenga peso en un tribunal de menores.
Las preguntas fueron abordando  cada situaciòn vivida desde su propia infancia,indagò en los mejores momentos que recordaba junto a sus padres  hasta los peores.Desde luego habìa muchos que en aquèl momento se presentaron como muy amargos pero Marta supo estoicamente separarlos momentàneamente,presentando a sus padres como los que toda hija hubiese deseado tener.Recordò cuando su padre la llevaba de cacerìa  siendo muy pequeña y el impacto que le provocaban los disparos de su escopeta,la bandada de palomas muertas cayendo ante sus ojos fulminadas por las municiones,los conejos atados a los lazos que èl mismo habìa colocado la noche anterior,el cucharòn tratando de agredir en la cabeza a su madre,la imagen de su madre trepando a medianoche una ventana para poder ingresar sigilosamente  a la casa cuando su padre le cerraba las puertas,el dìa en que su padre,ya separado de su madre, la habìa llevado ante ella,  para enfrentarla a la elecciòn de quedarse con el uno o con el otro,la imagen de su padre agazapado el dìa entero tras la puerta de la cocina, atrapando gorriones que luego azotaba contra el cemento,la escopeta de su padre apoyada siempre junto a su cabecera ,las muchas noches en que su padre llegaba ebrio a su casa peleando con la vecindad y con sus hermanas y un sin fin de otros episodios no menos alentadores.Pero supo callarlos y disuadirse de la situaciòn,construyendo un modelo de familia perfecta,donde el respeto aparecìa como el pilar fundamental.
En contraposiciòn a ello,mostrò los momentos de desazòn junto al padre de sus hijos,pero a todo le dio una connotaciòn diferente.No podìa negar ante la profesional que el padre de sus hijos era un alcohòlico y que muchas veces habìa sido violento, dado que ella misma lo habìa denunciado muchas veces por agresiòn y,sin lugar a dudas,esa informaciòn la manejaba la psicòloga.Negarlo habrìa sido considerado como un trastorno mental por parte de Marta,no guardarìa coherencia negar lo que ella misma habìa puesto en evidencia.
Entonces Marta,ante lo innegable optò por atenuar la importancia de los hechos ,aùn sabiendo que al hacerlo se engañaba a si misma.Ahora estaba en juego el resguardo de sus hijos,era preciso callar y si era preciso,mentir. De sus palabras dependerìa mantener a sus hijos junto a ella.Un solo paso en falso significarìa un mal informe y,con ello,el traspaso de sus hijos a un hogar del Estado.El Estado ,mediante el tribunal pretendìa hacer efectiva una medida de protecciòn para sus hijos,protecciòn que para nada contemplaba el desarraigo de ellos de su nùcleo familiar.Ya bastante dura habìa sido su vida para aumentar aùn màs su dolor.
Fueron tres dìas de largas sesiones,donde en muchos momentos se le tratò de confundir a fin de hacerla caer en contradicciones pero Marta se mantuvo firme en sus premisas.Lo habìa meditado todo  previamente,...muchas habìan sido las noches en que su mente ordenò las ideas  antes de presentarse a aquella entrevista.Se le pidiò asociar colores con situaciones,la psicòloga urgaban en su mente buscando  alguna confusiòn,algunos  espacios sombrìos y vulnerables,pero Marta siempre destacaba sus valores y sus dotes artìsticos ponièndolos al servicio de la vida y de la creaciòn.Con ello,colocaba en evidencia su sencibilidad y su capacidad innata para manejarse en los màs sòrdidos escenarios.
 Al cabo del tercer dìa ya se habìa acostumbrado a esta rutina, sus relatos ante la profesional le brotaban con absoluta fluidez,de modo que el tiempo que transcurrìa en cada sesiòn se le comenzò a hacer màs breve.Quizàs la profesional,desepcionada por no poder  dar con lo que tanto le hubiese gustado encontrar, dio por finalizada la entrevista de manera abrupta despidièndose cordialmente de Marta,quien casi se sintiò sorprendida de haber llegado al final del cometido.
Nuevamente se encontraba en la parte exterior del recinto y el fuerte hedor se hacìa cada vez màs penetrante.El olor al alcohol y a hìgado masacrado que ahora la envolvìa la fue trayendo de regreso al presente y,como despertando de un breve pero profundo sueño,se incorporò de su asiento,dibujàndose en su rostro una clara mueca de desagrado.Fue hasta la cocina,lavò la taza que aùn contenìa restos de cafè y,cerrando la puerta de su casa se marchò a su trabajo,meditando en sus recuerdos, como era su costumbre.Una ventana habìa quedado abierta para renovar el aire asfixiante que allì se respiraba.