martes, 12 de mayo de 2009

RAZON Y LOCURA





No hay razon sin un poco de locura ni locura sin un poco de razon



Permaneciendo un poco ajena a toda circunstancia me he permitido vaciar lo desperdicios que en los ultimos meses se habian ido acumulando en mi memoria. M e he dado tiempo para entreabrir esos espacios que aveces con razon y aveces con locura, se habian ido acumulando como composiciones mutiladas, como ideas que alguna vez se pensaron pero que nunca fueron escritas; quizas como libros de poco interes amontonados sobre un escritorio o como ropajes que jamas seran usados por un actor contemporaneo.


Abriendo y desarmando estanterias me encontre con un baul lleno de sueños y con la ilusion alli atrapada y marchita. Sueños de adolescente, sueños de niña; juegos de carruseles, cascabeles, trompos, campanillas de bronce, muñecas grandes y pequeñas que al verme de nuevo comenzaron a reir.


Entonces recorde mi coche de tres ruedas, aquel magico carruaje que era tirado por un blanco caballo de madera, mientras se perdia en medio de los trigales y de las amplias plantaciones de alfalfa.


Vi mis conejos grises con su pelaje suave y reluciente y mis conejos blancos con inyectados ojos rojos, corriendo y saltando a mi alrededor mientras, un hermoso gallo cantor de tornasolados colores, trepaba a un ciruelo para mostrar sus plumas al sol.


Estaba alli...me vi solitaria...perdida siempre entre mis juegos, imaginando a mi lado una compañia inexistente. Me vi conversando con el silencio y con la noche mientras, envuelta en los sonidos de un aparato de radio, escuchaba cuentos teatralizados que me invitaban a volar.


Entre mis manos pude sentir la textura glamorosa de los mas bellos libros de cuentos infantiles; imagenes de seres mitologicos despertando mi insipiente curiosidad, personajes orientales envueltos en atuendos exoticos y carruajes de princesas encantadas y principes de apreciada hermosura que ofrecian sus reinos ante el embrujo del amor.


Alli estaba yo...atenta , ilusionada, con el pensamiento perdido en medio de ese sueño que se me presentaba como una realidad magica e incuestionable. Desarrollaba mis sentidos...poco a poco. Sin apreciarlo siquiera, me iba haciendo vulnerable, mientras la fantasia pretendia hacerse realidad.


Lentamente, en medio de esa inocente inconciencia, me fui apoderando de los atrapadores sueños, de esos sueños que sutil e inofensivamente supieron absorverme y abstraerme sabiamente para no percibir la otra realidad que me rondaba; esa realidad que los humanos, con despiadada crudeza, dejamos al descubierto, sin siquiera pensar en los daños y consecuencias.


Entre razones y locuras, entre dormires y despertares, entre realidades y fantasias aprendi a soñar y al soñar fui capaz de pensar. Pude entonces conocer la razon de enloquecer.


Si los sueños nos enloquecen y esa locura nos nubla la razon para hacernos mas facil el vivir, entonces bien vale la pena postergar la razon para permitirnos soñar. Gozaremos del vivir y asi, en medio de los sueños disfrutaremos la dicha de enloquecer.


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