jueves, 26 de marzo de 2009

RAZONES Y SILENCIOS


Si en cien días tu mirada se escapara

y un torbellino de ideas me envolviera,

me escaparía para no sentirte amada,

me quedaría como anclada en esta tierra.


Me sentaría a hablar de ti a los cuatro vientos

y casi ausente, en un pueblo vacío,

te pediría sin decirte nada,

te rogaría así, callando el ruego.


Sólo mi alma allí desnudaría

y al percibir tu mágica sonrisa,

tendría una razón para quererte,

y mil razones para no perderte.


Pero no hay cuatro vientos ni palabras,

ni mágica sonrisa, ni un te quiero,

sólo la ausencia un pueblo vacío,

sólo razones al decir lo siento.

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