Asumo el dolor de no sentirte mía,
de no poder calmar con tus palabras
las ilusiones que aferré a mis sueños,
la inmensa soledad de todo el pensamiento
que me encadena al monte peregrino.
Asumo la ignorancia que no tengo
cuando me acuerdo del amor que hoy tienes,
el mínimo pudor de tus pecados
y el calor de mi cuerpo entre tus sienes.
Asumo ese desliz de complacencia,
esa nostalgia que me envuelve aveces,
sumida en el remanso de los sueños,
interminables como un mar que temes.
Asumo y resumo en tres palabras
esos amaneceres que se han ido,
ritos de amor que se han desvanecido
y consecuencias que no quieren verse.
Wowww....hermoso incluso llegar a la resignación...saludos desde México
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