viernes, 5 de marzo de 2010

CON LAS MANOS ATADAS


Con las manos atadas me conmuevo en silencio,
con la voz desgastada y los ojos marchitos
se me quedan perdidos los mejores momentos 
y en silencio repito las ausencias y el miedo.

Con la voz apagada por las noches en vela,
con la mente perdida en los sueños que anhelo,
se me van despertando las heridas antiguas,
se me van agrietando los desvelos inquietos.

 Y otra vez yo me asombro y de nuevo me ausento,
y otra vez me separo del sostén de mi cuerpo
y de nuevo me alojo en los ritos del verso
 y otra vez me encadeno a mi humilde universo.

Desenvuelvo el espanto que he guardado en secreto,
me bebo los residuos de todo lo deshecho
 y aunque veo que existes se me nublan los cielos
 y me inundo en la absurda reflexión de los tiempos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario