sábado, 8 de agosto de 2009

SINCRONÌA DE AMOR


Era ya tarde y yo sentada ante el espejo me dejè vencer,

dejè que cuatro rayos traspazaran los muros

y torpemente me acurruquè en mi almohada....

caì en el sopor de una penumbra

y lentamente acariciè tu espalda.


Era la noche un carrusel de sombras

que se estrellaban como torbellinos

y mi silencio un ìntimo latido

que no dejaba nunca de crecer.


Entonces te mirè,

me aturdì consternada con tus ojos dormidos,

vacié el sociego de tu eterna calma

y sucumbì al encanto de tus besos.


El tiempo se detuvo como un clamor nunca escuchado

y cada instante perpetuò el deseo;

la insospechada calma de tu risa se me hizo presente

y tu inquietante cuerpo palpitò indefinido.


Mis manos torpemente sembraron melodìas,

interpretaron notas de pìcara sapiencia

y asida a los peldaños de una escala perfecta

te fui reconociendo tan sola e indefensa.


Entonces te mirè; presente en lo profundo,

tan càlida y amada que casi me ofendìas

y atònita en tu canto de mùsica perfecta

palpitè indefinida dormida y casi ausente.







,

No hay comentarios:

Publicar un comentario