miércoles, 6 de mayo de 2009

OPUESTOS Y AFINIDADES


































Tan sólo una fina línea divisoria basta para ubicarnos en planos opuestos...infinidad de puntos suspensivos interponen la barrera invisible que separa el norte del sur, distanciando la posibilidad de un acercamiento. Los opuestos marcarán siempre la diferencia irreconciliable y definitiva entre tú y yo, así como la noche y el día se distancian ante la presencia del sol y la luna.








Quisiera que conocieras mi noche, pero nunca mi noche será tu noche ni tu día será mi día. No podrás sentir el aroma de mis flores en primavera porque para entonces estarás extasiada contemplando la desvergonzada desnudez de los árboles y, en mi ardiente y sofocante verano, tu cuerpo entumecido se encontrará temblando en medio de la nieve. Nuestras vidas estarán condenadas a vivir separadas por el constante influjo de los opuestos.








Choque voluptuoso de jolgorio y nostalgia, intervalo de tiempo y espacio que nos condiciona a experimentar emociones contradictorias, en lugares diferentes.








Es el momento crucial, donde la fortaleza de los cuatro elementos cobra fuerza y genera vitalidad. Tu noche y la mía vuelven a perderse en medio de los sueños y allí, entre las horas que nos separan, surge la presencia fulminante.








La tierra,con su textura invariable y su color cobrizo; tierra mojada, humedecida; depósito de tus pies cansados, soporte de los míos. Refugio, condensación de átomos y moléculas ancestrales que nos atrapa en un solo todo. No hay en ella espacio ni tiempo diferente,...sólo está ahí...¡ la eterna madre tierra !








En medio de ella mil vertientes fluyen incesantes, desbordando aguas claras y dulces que nos bañan interminablemente; bebes, ...veo mecer sus ondas y bebo también de ellas, absorviendo el hechizo de todos los tiempos;...inconfundidas, ingobernables, mis aguas me bañan y te bañan ajenas a todo límite. En la inmensidad de los mares tu horizonte y el mío traspazan el porvenir y la impenetrable barrera de lo inconfundible.








Más allá, el el lejano horizonte, el astro rey arde y se pierde en su fuego sofocante y nos inunda con su irracional energía. Tú, lejana, en el distante hemisferio del norte, desprendes de tu cuerpo cada fibra artificial para recibir los cálidos besos del sol; ...su fuego te penetra y regenera tus células, reivindicando en ti la vida que por momentos temiste perder. En cambio yo, debo conformarme con sus rayos apagados por la bruma, con una luz tenue y desvanecida que no consigue llenarme de tibieza. Debo encender llamas, debo rodearme de leños secos y ramajes sin vida para obtener de sus brazos candentes el calor que mi cuerpo reclama. Estoy en el sur, envuelta entre hielos australes, con el cuerpo entumecido y ajena al ardiente despertar de tu corazón.








Pero me doy la libertad de respirar, me compenetro con cada partícula de oxígeno y protejo los

árboles que rítmicamente se mecen a mi lado. Es el aire una brisa sutil, un torbellino de intercambios oxigenados y vitales que no respeta los puntos cardinales y que, ajeno a lo que es tu hemisferio y el mío, nos atrapa y nos confunde. Puedo coger el aire y percibir el aroma de tus
flores en primavera mientras tú, ajena y lejana a mis inviernos, puedes refrescarte con el aroma
húmedo de mi tierra en otoño.









Así, compenetrada por la mágica sapiencia de los cuatro elementos, te mantendré siempre cerca y sabrás de mi, aunque el auxilio de tus emociones me cierre sus puertas.










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