
Ayer,...como una concsecuencia
de tantos sacrificios,
te vi venir y me tocaste...
ayer inexplicablemente
te sentí presente
y, aunque ausente en la ausencia,
me encontraste.
Ayer te oí, como si en tanto tiempo
de escucharte,
tu voz quisiera enmudecerme
y ahí estabas...
paralizada,
quizá cuando el temblor insoportable
de mis palabras simples
te alcanzaba.
Ayer, imaginando tu silencio
te sentí presente,
ayer tu voz se presentó
a mi oído,
y aunque no pude oírte
pude escuchar con la imaginación
a cuestas, cada nombre.
Ayer te presentí,...ayer te vi,...ayer te conocí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario